martes, 10 de julio de 2007

Al CINE DENLE SU TIEMPO

El cine como todo medio de expresión tuvo que evolucionar. Ahora es el séptimo arte, pero en su inicio no tenía otro objetivo más que plasmar única y netamente la realidad. Sin embargo no pasó mucho tiempo para que se dieran los primeros intentos de pequeñas ficciones, como en el caso del “El regador y el muchacho” una de las primeras “vistas” de los hermanos Lumiere que llegaron de Francia a ojos mexicanos por primera vez un memorable 14 de agosto de 1896 gracias a los enviados de la empresa Lumiere; Gabriel Veyre y Ferdinad Bond Bernard.[1] Poco después en el mes de diciembre del mismo año en Chapultepec, Ciudad de México, se filma una vista donde al trama era una dramatización del duelo entre dos diputados; Verastegui contra Romero. La prensa en particular El Globo señala que el objetivo era engañar a la gente y El Imparcial sostenía la gran falta de respecto que significaba vestir a civiles como gendarmes.[2]

Arnold Houser hace la reflexión en diferentes características que han colaborado en esta evolución de la cinematografía, los montajes técnicos, la mezcla de formas espaciales y temporales a las que hace alusión[3] se desarrollaron al tal grado que podemos sorprendernos con nuevas propuestas en la narrativa fílmica, aún llega a impresionar más cuando el espectador cae en cuenta que una película abre un campo de tiempo totalmente independiente, desapegado del que nos ata a la película un par de horas, ese trascurrir de los minutos es cosa aparte. Sí, el lenguaje cinematográfico poco a poco se ha transformado, diríamos que hoy día cuenta con los idiomas Ingmar Bergman, Alfred Hitchcock, Win wenders etc. Gracias a la Narrativa de guionista, la mirada del fotógrafo y la concepción del director y demás personas unidas para la creación de una misma obra.

Esta reunión de funciones divididas para crear una película extraordinaria inspirada posiblemente en un hecho cotidiano sorprende a Houser y lo hace reflexionar acerca del trabajo individual de cada uno de los que participan en el largometraje, al final de cuentas tenemos producciones monstruosas como las Hollywoodenses, donde trabajan centenares de personas, pero el director es siempre el nombre que resalta y que se lleva las ovaciones.

El guión es una pieza medular de la obra fílmica, pasa por diferente partes; la sinopsis, el tratamiento, continuidad y el guión técnico[4] todas estas etapas hechas por escrito nos deben dar a través de su lectura una noción exacta de cómo será la obra ya concluida. El tiempo, personajes, encuadres, secuencias deberemos verlas a través de las palabras encerradas en papeles listos para ser liberadas, Es interesante revisar la obra del guionista Guillermo Arriaga; Amores perros, 21 gramos y Babel nos dan historias donde el tiempo pareciera ir en desorden pequeñas subnarrativas que van embonando poco hasta cruzarse.

“Hombres diferentes en diferentes lugares experimentan muchas veces las mismas cosas, que las mismas cosas están ocurriendo al mismo tiempo en lugares completamente aislados entre sí”[5]

Refiriéndome a la cita anterior; definitivamente pudieran ser que no experimenten las mismas cosas, como en el caso de BABEL (2006), sin embargo vemos una película dotada de un estilo totalmente actual en el guión también pudiéramos hacer alusión al grupo de personajes esparcidos en diferentes países unidos por la ya muy mentada idea de la aldea Global de Herbert Marshall McLuhan. Babel en si misma es un filme producido por un crew multicultural con tecnología de punta y reproducido mundialmente.

A pesar del gran realismo que se la a tratado de dar a las tramas con propuestas como Dogma 95 famoso voto de castidad para la creación filmica de Lars von Trier y Thomas Vinterberg. No dejamos de ser ficciones atadas a un guión, pero en el momento en que se apagan las luces de una sala y comienza la proyección, nuestro campo visual se encierra únicamente en la pantalla que tenemos ante nosotros, nos olvidamos hasta del fulano que esta sentado a nuestro costado para entregarnos totalmente a la historia de la que somos testigos, héroes y heroínas nos atrapan en su tragedia, comedia, melodrama etc. para hacer de tripas corazón en cuando llega ese momento glorioso de “creérnosla” sin duda factor indiscutible por que seguimos regresando a las salas. En la serie de los libros de Hauser podemos retroceder a tiempos tan lejanos como el neolítico donde las oscuras cuevas “en rincones inaccesibles y totalmente oscuros”, se dibujaban figuran amontonadas un sobre otra “especialmente convenientes para la magia”.

Regresando a Arnoldo Hauser y para conectar ideas, él hace una regresión al los documentales Rusos de la vida “realmente como es” con fines totalmente utilitarios[6] e ideologías revolucionarias, lo que conlleva a una inminente censura coactando la libertad narrativa, así podemos vislumbrar que esto del reflejo de la realidad es auténticamente un albur, siempre valiéndose de las tendencias estéticas en boga, valiéndose cada más de cualquier técnica que logre un resultado más emotivo al espectador.


[1] De los REYES Aurelio, Cine y sociedad en México 1896- 1930, UNAM- Instituto de investigaciones estéticas, México DF, 1996.
[2] De los REYES Aurelio, Orígenes del cine en México 1986- 1900, fondo de cultura económica, México DF. 1983, Pp12- 14
[3] HAUSER Arnold, Historia Social de la literatura y el arte 3, quinto centenario, Colombia 1994.
[4] Consultar a G. Sadoul, Las maravillas del cine, el Argumento y sus etapas, Fondo de cultura económica, mexico DF, 1998 Pp 111-129
[5] HAUSER Arnold, Historia Social de la literatura y el arte 3, quinto centenario, Colombia 1994. p. 286
[6] Op cit.