jueves, 28 de mayo de 2009

3er. Festival de la Memoria en el pueblo de Tepoztlán




3er. Festival de la Memoria en el pueblo de Tepoztlán, Morelos

del 10 al 14 de junio, 2009.



Contar con su presencia enriquecerá esta celebración del cine de lo real y nos ayudará a cumplir con nuestra misión: exhibir documentales, formar un público regional, ofrecer actividades académicas y paralelas:



Ceremonia de Inauguración: miércoles 10 de junio a las 19 horas en el Auditorio Ilhuicalli, en el centro de Tepoztlán.



Del 10 al 14 de junio: 35 documentales de 9 países iberoamericanos en la Sección Oficial (17 estrenos). País invitado: Cuba. Matiné. Conferencias y mesas redondas.

Tianguis documental. Funciones al aire libre. Más de 60 títulos.



Clausura: domingo 14 de junio a las 18 horas en el Auditorio Ilhuicalli.



Gala de Ganadores: martes 7 de julio en el Teatro Ocampo, Cuernavaca, Morelos.



Para mayor información consulte nuestra página web:

www.festivalmemoria.com.mx

jueves, 19 de marzo de 2009

Rosalío Solano

Escrito por Rafael Benabib, publicado en el Diario de Morelos el 01-03-2009


El camarógrafo y fotógrafo Rosalío Solano Quintanar, residente de Cuernavaca desde hace muchos años, ha sido uno de los mejores exponentes de la cinematografía nacional y gracias a él se filmaron algunas de las películas que le dieron difusión a la Ciudad de Cuernavaca y a los alrededores del Estado de Morelos.
Aquí filmó las cintas: “Cuernavaca en primavera”, tres películas de “Los cuentos de Pancho Villa”, "Tlayucan”, las que, gracias a su insistencia, todas fueron filmadas en Morelos. Así como: “La bandida”, con María Félix; “El padrecito”, con Mario Moreno “Cantinflas”; “María Isabel”, con Silvia Pinal, y muchas otras más.
Chalío, como lo conocen en el medio, nació en Ajuchitlán, Querétaro, en 1914. Sus padres fueron don Rosalío Solano y Ausencia Quintanar. Cursó sus estudios en Bernal, Querétaro.
Cuando él tenía 10 años falleció su papá y Chalío trabajó de mozo de hotel, en Querétaro, se encargaba de las sillas del parque municipal y cobraba por el alquiler, vendía periódicos, ofrecía paletas y helados. En la ciudad de México fue carpintero y aprendió a barnizar la madera.
Una vez llegaron a buscar un barnizador que fuera a pintar la recámara del Director de Cine, don Ramón Peón para la película “Sobre las olas”. A los 18 años siguió siendo aprendiz de electricista y tramoyista. Guillermo Vaqueriza le dijo que tenía mucha idea y sabía lo que hacía.
En 1937, fue asistente de cámara con la película “La Adelita”, con el fotógrafo Gabriel Figueroa. En 1945, se casa con la bella mujer de ojos verdes Sofía Aupart González, procreando 5 hijos: Rosa María, Alejandro, Sofía, Laura y Silvia, quienes le han dado 11 nietos y seis bisnietos.
Obtiene la oportunidad de ser nombrado fotógrafo en jefe de la película “Doña Clarines”. Rosalío Solano fue aprendiendo de sus maestros: Gabriel Figueroa, Ross Fisher, Alex Phillips, Jack Draper y otros. De todos ellos, Alex Phillips fue su mayor influencia. Chalío es uno de los únicos camarógrafos que nunca usó arnés para lograr sus tomas. Tenía un magnífico pulso y ninguna toma le salía movida, sin la luz adecuada o fuera de foco.
En 1950, filmando en Yucatán la película “Deseada”, con Dolores del Río, fue felicitado por Alex Phillips, al tomar fotografías de las ruinas de Chichen Itzá sin exposímetros ni filtros. De Álvarez Bravo recibió el máximo elogio: “¡Usted nació fotógrafo!”.
En otra ocasión, María Félix se negaba a que la filmara otro que no fuera el maestro Figueroa, pero el director le pidió que se dejara fotografiar por Rosalío. Al terminar su actuación y ver las tomas, la señora María Félix le dijo con una gran sonrisa: “¡Es un brujo!, pues poca gente me sabe fotografiar tan bien como tú”.
El director Ismael Rodríguez señalaba sus cualidades alabando su versatilidad, al decir que sus emplazamientos con las cámaras eran “verdaderamente admirables”. En 1965, filmó una película con Glenn Ford y Stella Stevens, otras con Ricardo Montalbán y con casi todos los artistas de la época. Desde entonces ha hecho más de 200 películas y durante 60 años ha sido uno de los principales camarógrafos y fotógrafos dentro de la cinematografía nacional.
Ha recibido un sinfín de preseas, entre ellas: cinco Onix , un Cuauhtémoc, dos Heraldos, dos Menora, cuatro Diosas de Plata, dos Arieles de Plata, un Ariel de oro y ocho medallas.
Aunado a estos reconocimientos, en el año 2000, en su natal Querétaro, las autoridades estatales decidieron que el Cine Teatro de la capital llevaría el nombre de Rosalío Solano, en homenaje a la destacada carrera artística de don Chalío.
A los 94 años de edad aún expone sus trabajos de fotografía con gran éxito, como hace unos días lo hiciera en la casa del DIF municipal: “Jóvenes de corazón” en presencia de la señora Ivone Zorrilla de Giles, esposa del licenciado Jesús Giles, Presidente Municipal de Cuernavaca.
Don Rosalío Solano recibe estos homenajes por su don de gentes, por su carrera dentro de la industria fílmica y por su amor a Cuernavaca, la que lo ha recibido como al hijo pródigo.

Rosalío Solano
Diario de Morelos - 19 de marzo de 2009

viernes, 20 de febrero de 2009


Filmografía de ficción Zapatista: El compadre Mendoza (1933)
Publicado el 23 de noviembre en el suplemento El tlacuache de la Jornada Morelos del Centro regional INAH Morelos y CONCAULTA

Es en 1932; que el escritor, profesor, periodista, senador, Mauricio Magdaleno obtiene una beca en la Universidad Central de Madrid. Lo acompaña en su viaje uno de sus más entrañables amigos, Juan Bustillo Oro. Llevaban en las maletas sentimientos de impotencia y frustración debido a la injusta derrota de José Vasconcelos en su contienda a la presidencia. Salían del país no sólo con finalidades académicas, también en pos de refugiarse del acoso que sufrían como vasconcelistas.

Durante su estancia en Madrid, que abarcó de verano a otoño, Magdaleno escribe para el periódico español “El Sol” dos relatos basados en acontecimientos revolucionarios e inspirados en la bola suriana: “El compadre Mendoza” y “El baile de los pintos”. Magdaleno ya antes había escrito obras teatrales que circundaban en la temática, sobresale de estas Emiliano Zapata perteneciente a su primer libro conformado por una triada de historias de la revolución mexicana y que se montaron en un proyecto llamado el “Teatro de Ahora” que desgraciadamente sufrió un fracaso rotundo.

El compadre Mendoza (1933) es en primera instancia un cuento rico en análisis y crítica a diferentes sucesos que rodearon sobretodo las alianzas personales efectuadas dentro del conflicto armado. El comercio puede hacer que el protagonista Rosalío Mendoza, haga de lado posturas, bando de guerra e inclusive un justo motivo de fondo. La prioridad “el respeto que merecen siempre los pesos”.1 En el relato conocemos a su familia y al mismo Rosalío, hombre astuto y práctico que sirve tanto a zapatistas como a federales. En las páginas del cuento se forja el lema “Las cosas hay que hacerlas pronto, y bien hechas”2 sello de Mendoza en los acontecimientos más importantes tanto del escrito y en la película: como el cortejo a Dolores y el fatídico final del general zapatista Felipe Nieto. En segunda instancia, esta sería (junto con Enemigos de 1933 de Chano Urueta) una de las primeras películas de ficción que se realizarían sobre el zapatismo en México.

Cuando Mauricio Magdaleno y Bustillo Oro regresan de España, Oro decide hacer el guión cinematográfico de El compadre Mendoza. Desgraciadamente su primera película había sido un fracaso. Debido a éste antecedente, cuando se autoriza el rodaje y pese a todos sus intentos por lograr la dirección, se le negó y fue Fernando de Fuentes al que se puso al frente de la filmación.

La cercanía temporal a la revolución mexicana y la inquietud social de Magdaleno, hacen que el argumento de ésta película tenga un buen planteamiento y que los hechos no sean muy alejados a los que realmente pudieron ocurrir. Hay características propias del estado de Morelos que se incluyen dentro del relato y se retoman en la película que denotan un buen conocimiento de usos y costumbres. Como el detalle de que Cleotilde (Dolores en la Película), dé como obsequio un rebozo de Santa María, o que Felipe Nieto regale una sillita de montar a su ahijado “trabajo precioso de talabartería y paciencia de los indios de Jantetelco”.3


Dentro de la primera secuencia de la película se ven unas tropas zapatistas cansadas, en paso lento y arrastrado se dirigen a la Hda. de Santa María. Su marcha la encabeza Eufemio Zapata y el Gral. Felipe Nieto. Interesante es que se distingue la clara jerarquía marcada por los trajes charro y el andar a píe del contingente en prendas de manta que es recibida en la hacienda de Don Rosalío con pulque y barbacoa. (Still 3). Mientras en la casa del hacendado se cambia el retrato de Huerta por el de Zapata todos los peones gritan ¡Viva Zapata!, cosa que desde luego cambia cuando es el turno de la visita de los federales.(still 1)

Al realizar la adaptación cinematográfica se agregan personajes como Emma Roldán que interpreta a “la muda”, sirvienta muy atenta que lee los labios. Esta fue buena excusa para que en la escena cuando llega el turno de colocar el retrato de Carranza, (still 4) le diga sin decir “babosa” el administrador Atenógenes (Luis G. Barreiro) que con éste y otros detalles sirve de comediante y chivo expiatorio para sustituir puntos importantes que da el narrador omnipresente en el cuento.



La producción de este proyecto contó con la participación de Roberto y Joselito Rodríguez, pioneros de la sonorización en las películas mexicanas y hermanos del director Ismael Rodríguez. Resalta el trabajo fotográfico del norteamericano Ross Fisher que para eso entonces tenía la experiencia de haber participado en alrededor de 60 películas y previamente había colaborado en otra importante película de temática revolucionaria, El prisionero 13. En El Compadre Mendoza nos brinda una propuesta rica con tomas subjetivas, contra picadas, primeros planos, generales, etc. (Still 2). Fernando de Fuentes personalmente se encargaría de la edición. Por otro lado Mauricio Magdaleno posteriormente haría mancuerna con Emilio Fernández, colaborando con su pluma en los guiones de: Río Escondido, Maclovia (1947), Salón México, Pueblerina (1948) entre otras películas. Sin duda de las más representativas de la llamada época de oro del cine mexicano.

Imágenes: Fotogramas de la película El compadre Mendoza, 1933, Aguila Films.

1 Mauricio Magdaleno, El compadre Mendoza, Concha Bretón, Botas, México. 1936 p. 148
2 Idem., p. 182
3 Idem, p.169