domingo, 12 de diciembre de 2010

Entrevistas para suplementeo El Tlacuache

Respuestas de Eduardo Espinosa Campos al cuestionario formulado por Berenice Fregoso
3 de noviembre de 2010


1.- ¿Cómo surge tu interés por la filmografía realizada en tu comunidad?
En principio, porque forma parte de mi historia personal, particularmente de mi infancia. En mi caso —como es el de familiares, amigos y pobladores de Jonacatepec— por haber presenciado varios momentos de filmación de películas. Ahora me doy cuenta que desde siempre me llamó la atención ver todo el trabajo en torno de los rodajes: los camiones con plantas de luz, los cables tendidos en el suelo, la preparación de los efectos especiales (como son los supuestos disparos en el suelo, o la sangre que brota de un cuerpo tras el impacto de una bala), la organización y movimiento que hay detrás y previo al desarrollo de las escenas; el movimiento y acomodo de la iluminación, las indicaciones del director para los actores, hasta el grito de “¡ACCIÓN!”, que de pronto silenciaba todo para dar lugar al desarrollo de escenas. Era, y es, una magia ver cómo, de un momento a otro, se transformaban las calles del pueblo, como cambiaban sus sonidos, y entre todo esto ver y reconocer a sus actores, los actores que uno podía ver sólo en el cine o la televisión.
Ya después, era cosa de esperar con ansiedad a que Don Rubén, el dueño del único cine del pueblo que me tocó conocer (el Cine Auditórium), anunciara que iba a proyectar la película más reciente filmada en nuestro pueblo. Y entonces poder ver las escenas filmadas, reconocer también a la gente del pueblo que participaba de extra y darme cuenta cómo es que las escenas filmadas en el pueblo encajaban dentro de una historia general que no era precisamente lineal.
A todo esto va unido el amor paulatino por el cine, pues cada fin de semana, en el día domingo, veíamos tres funciones seguidas; y, en ocasiones, una función los días jueves. Entonces el cine se convirtió, en una especie de necesidad por satisfacer cada semana. Esto fue creando en mí un cariño y respeto por esta maravillosa expresión artística que te transporta a otras realidades, la realidad del cine. Con el paso del tiempo, uno de los aspectos detonantes para mí, fue el tomar consciencia que uno de los directores que había caminado las calles de mi pueblo había sido, el mismísimo Luis Buñuel, uno de los genios de la cinematografía mundial.

2.- ¿Cómo ha sido el proceso de recuperación de la memoria fílmica local?
Desde pequeño recuerdo los títulos de varias películas, así como los nombres de actores y actrices como: Lucha Villa, David Reynoso, Luis y Antonio Aguilar, Silvia Pinal, Jaime Fernández, Pedro Armendáriz Jr., Julio Alemán, Tin Tan, El Chelelo, entre otros. Otros títulos de películas no los recordaba pero en pláticas con mis hermanos, mi madre, familiares y amigos, fui recabando información en el curso del tiempo. Como radiqué en mi natal Jonacatepec hasta septiembre de 1973, entonces cuando iba de visita, a menudo preguntaba a familiares y amigos si habían ido a filmar otras películas y así fui conociendo otros títulos. Ahora con el proyecto “Jonacatepec en el cine” —que actualmente estoy coordinando— he podido recuperar otros títulos, gracias a la información proporcionada por amigos. Pero también quiero comentar algo que me parece curioso: resulta que muchas personas de mi pueblo recuerdan nombres de actores pero no tanto los nombres de las películas, menos los de sus directores. Cuando uno platica con personas, resulta que varias de ellas participaron como extras y de inmediato comienzan a contarte anécdotas. Otras, simplemente saben que algún familiar suyo tuvo alguna participación y te lo dicen con mucho orgullo. En fin, es fácil darte cuenta que el cine ocupa, en la vida de muchas personas, un lugar muy especial.
De las nueve películas que tenía registradas, ahora hemos podido reunir un total de 17 títulos. Sé que hay otras películas que se filmaron en mi pueblo y estoy seguro que al momento de presentar públicamente este proyecto van a surgir otros títulos.
Pienso que un proyecto como el que estamos realizando —con el apoyo del Ayuntamiento de Jonacatepec y el respaldo del Instituto de Cultura de Morelos— es necesario para recuperar parte de la memoria histórica de los pueblos y, por consecuencia, del estado, a través de las imágenes en movimiento que nos permiten ver parte de su riqueza patrimonial, histórica y natural. Y este valor se acrecienta por la calidad de directores como Luis Buñuel, Emilio Fernández, Luis Alcoriza, Jorge Fons, José Bolaños, Emilio Gómez Muriel, Carlos Enrique Taboada, Julián Pastor o Sam Peckinpah, por sólo mencionar a algunos; además de que cada película es un legado de imágenes de cinefotógrafos de la talla de Gabriel Figueroa, Alex Phillips o Agustín Jiménez. Esto por citar sólo a directores y cinefotógrafos que filmaron escenas en Jonacatepec. Si esto lo ampliamos al resto del estado, nos encontraremos con varias agradables sorpresas.

3.- ¿Como aprecias en general la intervención de Morelos en el cine?El estado de Morelos tiene una presencia muy importante en el cine a nivel nacional, principalmente desde los años sesenta, aunque hay producciones en años anteriores. Se sabe que Durango es uno de los estados de mayor recurrencia, otro lugar, por supuesto es la ciudad de México. Personas del medio cinematográfico, con quienes he tenido oportunidad de hablar, consideran al estado de Morelos como uno de los lugares preferidos por directores y productores. Aunque no conozco datos con precisión, hacia los años ochenta del siglo pasado se conformó un grupo de gente interesada en el cine para fomentar filmaciones en nuestro estado, al grado de conformarse el Consejo Estatal de Cine, vinculado a la Comisión Nacional de Filmaciones. Entre las personas que lo impulsaron en Morelos se encuentra la maestra Luciana Cabarga. El estado de Morelos tiene un potencial en monumentos históricos, arquitectura vernácula y en paisajes naturales que podrían ser mejor aprovechados. [Para más información consultar
http://www.lajornadamorelos.com/suplementos/el-tlacuache/83563-hollywood-guayabo]

4.- ¿Qué elementos crees que atrajeron a las producciones fílmicas a tu población, aún la frecuentan?
Ha sido la arquitectura y los paisajes de Jonacatepec los aspectos principales que han llamado la atención de los directores y productores de películas: la arquitectura religiosa del ex convento de San Agustín, del siglo XVI; las casonas de arquitectura singular de altas fachadas con gárgolas, balcones de forma semicircular o rectangular con herrería; los portales con arquería; las amplias plazuelas; el ambiente de sus calles empedradas; la estación de tren “Pastor”; las hermosas vistas desde lo alto de “Los cerritos” que permite apreciar parte del valle de Amilpas, con las majestuosa peña de Chalcatzingo; así como sus caminos viejos y su jagüey.
Por desgracia, a partir de la década de los ochenta del siglo pasado, disminuyó la presencia fílmica en Jonacatepec; en buena parte por la disminución de producción fílmica nacional; otra —y ésta es una hipótesis personal— por la transformación de la fisonomía arquitectónica local. Con el crecimiento de la población y el desarrollo comercial que este conlleva, se ha ido acabando paulatinamente, y por desgracia, con el encanto de la arquitectura que caracterizaba a Jonacatepec apenas hace cuarenta años.

5.- ¿Te gustaría compartir alguna anécdota?
No, por el momento.

6.- Una pequeña discusión: buen número de morelenses pertenecientes a ciertas generaciónes conocen por lo menos alguna anécdota de filmación o actor que vive o vivió en su comunidad, siendo esto así, ¿crees que se le ha dado el reconocimiento necesario al patrimonio fílmico del Estado?, ¿crees que las instituciones deben intervenir, en qué medida?
Con respecto a la primera pregunta —y pensando concretamente en cine— te respondo que hasta donde conozco, pienso que no se le ha dedicado la atención suficiente. Me parece que hay pocos esfuerzos a nivel local. Uno de ellos es el trabajo que hizo el Consejo Estatal de Cine, al que me referí anteriormente, pero ignoro qué se está haciendo ahora; otro esfuerzo es el que ha hecho, más a nivel personal, Ángel Miquel. Lo que se ha atendido más, de unos años para acá, es lo relativo a cortometraje y al documental, que también es importante.
Sobre la segunda pregunta pienso que las instituciones, pero también la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, secretarías como la de Turismo, así como la iniciativa privada, deben apoyar investigaciones y publicaciones sobre el tema; propiciar exposiciones y ciclos de cine, con convocatorias abiertas a las poblaciones de Morelos para recuperar datos de películas filmadas en nuestro estado. La maestra Luciana Cabarga ha tenido el sueño —que es compartido por muchos— de crear un Museo del Cine. Imagina tú poder concretar una cineteca que reúna la totalidad de materiales fílmicos realizados en todo el estado de Morelos. Simplemente hablando de películas (largometrajes) filmadas en Morelos, el número no es menor a 120. Hay, definitivamente, mucho trabajo por delante y para lograrlo es necesario conjuntar esfuerzos.
Entrevista realizada por Berenice Fregoso a Irving Reynoso
20/10/2010

1.- ¿Cómo surge tu interés por la filmografía realizada en tu comunidad? (Tetecala y Jonacatepec respectivamente).

Las películas filmadas en Tetecala, para hablar del caso que conozco, forman parte de la identidad local de sus habitantes. En diversos proyectos de recuperación de la memoria histórica que he desarrollado en los últimos años, como la colección de fotografía antigua, elaboración de documentales sobre las tradiciones locales, la ley de protección patrimonial del centro histórico, e incluso proyectos ecológicos, el tema de las películas filmadas en Tetecala siempre sale a relucir: “en tal escena se muestra cómo era el viejo zócalo”, “en tal película aparece la calle tal cuando todavía no estaba pavimentada”, “en tal otra se ve el río cuando no estaba contaminado, y el puente de madera que lo atravesaba”. Mi interés por la filmografía tiene que ver, en principio, con esta tradición local, las nuevas generaciones no conocen este patrimonio fílmico o ni siquiera saben que existe. Por otra parte, el tema puedo abordarse desde otra óptica, por ejemplo, desde la historia social de la región. Tetecala ha sido cabecera de distrito desde mediados del siglo XIX, y está rodeada por las hacienda azucareras más importantes de la zona sur poniente del estado de Morelos, también se distingue por ser una zona que, desde la época colonial, albergó a muchos comerciantes españoles que dinamizaron económicamente a la población. Distintas personalidades han pasado por Tetecala dejando constancia del peculiar atractivo de la población, desde la condesa Madame Calderón de la Barca, pasando por el viajero alemán Brantz Mayer, el presidente Benito Juárez, quien se albergó una semana en Tetecala durante la guerra de Reforma, o el poeta chileno Rubén Dario, quién contrajo matrimonio en el juzado del pueblo. En mi opinión, estos elementos volvieron atractiva a la zona de Tetecala para las productoras que buscaban locaciones para sus películas, el proyecto de recuperar y analizar la filmografía de Tetecala comenzó con una pregunta muy simple pero sugerente: ¿qué es lo que hizo que Buñuel y María Félix, vinieran a filmar a Tetecala? Creo que la respuesta tiene un poco que ver con las características históricas que he mencionado, pero faltaba contestar a la pregunta desde el punto de vista de la historia del cine.

2.- ¿Cómo ha sido el proceso de recuperación de la memoria fílmica local?
Diría que la recuperación es esta memoria atraviesa por varios procesos. El primero fue el de completar la lista de películas filmadas en Tetecala, ya fuera como locación principal o secundaria. Fue un trabajo arduo que requirió contrastar la información de la tradición local, con la información de las bases de datos sobre el cine mexicano. Pudimos comprobar la filmación de las siguientes películas: La Zandunga (1937), Al son de la marimba (1940), Capitán de rurales (1951), México de mis amores / Sombrero (1953), Los ambiciosos (1959), El caballo que canta (un par de sinvergüenzas) (19639, y No hay cruces en el mar (1967).
Afortunadamente no comenzamos de cero en este proyecto, pues hay mucho trabajo previo por parte de otras personas. Por ejemplo, el cronista de Tetecala, Martín Rangel, pertenece a la familia que tuvo el primer cinematógrafo del pueblo e incluso él fue testigo de algunas de las filmaciones en los años sesenta y setenta. Por otro lado, el profesor Rodolfo Vieyra ha elaborado un trabajo de investigación sobre la vida cotidiana en Tetecala en torno a la actividad recreativa del cine. Ambos trabajos, el del cronista y el del investigador, nos dieron las pautas para la recuperación de la memoria fílmica local. Otro de los procesos tiene que ver con la exhibición de las películas en foros públicos para recopilar información oral, de las personas que hayan participado como extras o de quienes recuerden algún dato referente a las filmaciones, anécdotas, etc., aunque este paso no se ha completado del todo porque hacen falta conseguir algunos títulos de difícil acceso.
El último proceso tiene que ver con el material fílmico que se encuentre en los archivos: fotogramas, steels, carteles publicitarios, reseñas publicadas en revistas y periódicos, etc.

3.- ¿Como aprecias en general la intervención de Morelos en el cine?
Es un tema que apenas estoy conociendo, pero de entrada me sorprendió la cantidad de películas filmadas en el estado de Morelos. Para citar la información que me proporcionó Berenice Fregoso, en Morelos se filmaron en el siglo XX 260 largometrajes de ficción, cifra que supera por mucho a los 150 filmados en Durango. Sin embargo, éste último estado cuanta con varios museos del cine, y el patrimonio fílmico tiene un verdadero reconocimiento oficial, pues incluso se pueden visitar las locaciones donde se rodaron las películas tipo western. Esto no ocurre en Morelos, cuya intervención en el cine nacional fue muy importante, no sólo por el tema de las locaciones, sino por su historia misma, por ser la cuna de una de las revoluciones campesinas más importantes de la historia.


4.- ¿Qué elementos crees que atrajeron a las producciones fílmicas a tu población, aún la frecuentan?
Cómo decía anteriormente, creo que las haciendas azucareras integran uno de los principales atractivos de la región, otro podría ser el clima semi-tropical, que es único en todo el estado, las extensas y fértiles vegas de Tetecala y el pueblo vecino de Coatlán del Río, que generan un precioso paisaje que en mi opinión debería ser protegido como patrimonio histórico antes de que la urbanización lo destroce (tenemos el ejemplo de los campos de agave azul de Tequila, en Jalisco, que fueron declarados patrimonio de la humanidad). También las huertas de frutas atraen a los turistas en distintas épocas del años, así como la arquitectura del centro histórico, que alberga una iglesia del siglo XVIII con fachada de elementos indígenas y cristianos, y casonas que datan de la época porfirista.
Lamentablemente dicho patrimonio no está protegido, y en los últimos años se han perdido fachadas históricas porque la gente las derriba para construir locales comerciales, lo cual es una muestra de la poca consideración que se tiene por el patrimonio histórico-arquitectónico, y un reflejo de la problemática socioeconómica de la localidad. A pesar de estos problemas, Tetecala y sus alrededores aún sigue manteniendo su atractivo para las televisoras, ignoro si también para las producciones cinematográficas, pues esporádicamente se graban en la localidad programas de televisión.

5.- Te gustaría compartir alguna anécdota?
No tengo alguna anécdota personal, pero recuerdo una que me contaron que me causó gran impresión. Era sobre una viejita de una comunidad rural muy apartada de Tetecala, en los años cincuenta, la señora no podía caminar y el marido la traía cargando hasta el pueblo para que ella pudiera ver la maravilla del cine. Eso me hace pensar en la importancia que tenía el cine para la vida cotidiana de los pueblos, y en su carácter netamente popular y de integración social, una función que la comercialización de las últimas décadas le ha ido quitando.

6.- Una pequeña discusión: buen número de morelenses pertenecientes a ciertas generaciones conocen por lo menos alguna anécdota de filmación o actor que vive o vivió en su comunidad, siendo esto así, ¿crees que se le ha dado el reconocimiento necesario al patrimonio fílmico del Estado, crees que las instituciones deben intervenir, en qué medida?
Definitivamente creo que no se le ha dado el reconocimiento al patrimonio fílmico de Morelos, lo cual es muy difícil de entender, pues el cine llegó a ser, a medios del siglo XX, la industria económica más importante del país después del petróleo, y de lejos la principal actividad recreativa de la gente. Creo que el contexto del bicentenario es una excelente coyuntura para que las autoridades tomen cartas en el asunto, promoviendo iniciativas de recuperación de este importante patrimonio histórico y cultural, pues su recuperación no sólo sirve para satisfacer la nostalgia por épocas perdidas, sino que puede utilizarse para generar proyectos turísticos y de difusión cultural que se traduzcan en beneficios económicos para los habitantes de Morelos.

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